Una de las críticas más habituales hacia las criptomonedas es que son muy volátiles y, en consecuencia, están sometidas a mucho riesgo. Es un hecho innegable, ya que en los últimos años se han sucedido subidas espectaculares en su cotización. seguidas de bajadas no menos espectaculares, cercanas al 90% respecto al máximo anterior.
Hay muchos factores que explican por qué las criptomonedas son tan volátiles. Pero, sobre todo, ayudan a comprender si estas mismas criptomonedas seguirán sufriendo esta volatilidad en el futuro. A continuación, os explicamos algunas de las más importantes.
Volatilidad y motivo de las fluctuaciones del precio de las criptomonedas
La volatilidad es una medida de la frecuencia e intensidad de los cambios del precio de un activo con respecto a su desviación estándar. En palabras más sencillas, sirve para explicar cómo de intensos están siendo los movimientos al alza y a la baja en el mercado.
Hay diferentes motivos que explican por qué se produce volatilidad en un activo. En el caso de las criptomonedas, las razones no son muy diferentes, aunque hay una serie de matices que explican por qué, en la actualidad, sufren tantos cambios en sus precios.
Las criptomonedas son muy volátiles porque están influenciadas por la ley de la oferta y la demanda, los sentimientos de los inversores y la influencia que tienen los medios de comunicación junto con las redes sociales. Todos estos factores sumados a que es un activo financiero nuevo y de pequeña capitalización, hacen que se produzcan fuertes fluctuaciones en el precio.
A continuación vamos a ver estos factores en detalle.
Las criptomonedas son un activo financiero muy nuevo
Como bien explican los economistas, todo activo financiero de reciente creación está sometido a la volatilidad del mercado, máxime cuando existe un volumen de negociación tan importante como el que sucede a diario en el mercado de las criptomonedas.
Pero es que, además, hay que tener en cuenta que las criptomonedas nacieron con la vocación de sustituir, o al menos complementar, las propiedades del dinero físico. Sin embargo, este proceso de monetización no es sencillo, ni mucho menos rápido.
Exige una masiva adopción por parte de todos los ciudadanos, y que sea utilizado de forma habitual en la compraventa de productos. Algo que, por el momento, está lejos de producirse.
Factor especulativo
Las prácticas especulativas juegan hoy por hoy un papel muy importante en la volatilidad de la cotización de las criptomonedas. Y ya no solo porque los inversores busquen retornos muy rápidos (en ocasiones, casi inmediatos), sino también, y sobre todo, por el arbitraje.
Esta práctica consiste en comprar criptomonedas en un exchange y venderlas rápidamente en otro, aprovechando de esta manera la diferencia de cotizaciones entre estas plataformas.
Esto es posible por la falta de estandarización y la ausencia de un mercado organizado donde coticen las criptomonedas, como sí existe con otros activos como las acciones o los bonos. Una auténtica oportunidad para los traders para obtener beneficios rápidos, pero que provoca una mayor volatilidad en el precio de estos activos.
Actividad de líderes de pensamiento e influencers
Cuando una voz autorizada realiza un determinado anuncio relevante sobre las criptomonedas, el mercado responde con bastante rapidez, disparando o tumbando su cotización de manera bastante notable.
El caso más paradigmático de esta tendencia es el de Elon Musk. En varias ocasiones, el dueño de Tesla y SpaceX disparó la cotización de Bitcoin con un solo tuit, especialmente cuando anunció que Tesla aceptaba la criptomoneda como medio de pago.
Posteriormente, el propio Elon Musk se echó para atrás, anunciando que Bitcoin ya no sería aceptada nunca más como método de pago por el creciente uso de combustibles fósiles para su proceso de minado. El resultado es ya bien conocido por todos: un desplome de la criptomoneda del 20% en tan solo unas horas.
Regulaciones
No está muy claro si las regulaciones aumentan la demanda de las criptomonedas o, por el contrario, desincentivan su uso. No hay que olvidar que las criptomonedas son, en esencia, descentralizadas, con una clara vocación de desregulación. Y así lo entienden los inversores.
El aumento progresivo de la regulación podría sentar las bases para una mayor adopción, al menos entre los ahorradores menos experimentados. No obstante, si la regulación es demasiado estricta, podría tener el efecto contrario.
El caso de China ejemplifica perfectamente cómo las regulaciones (y prohibiciones) tienen un enorme impacto en la cotización de las criptomonedas. En septiembre de 2021, el país asiático declaró ilegales todas las transacciones con criptomonedas, provocando el desplome de muchas de ellas, especialmente el Bitcoin.
Actividad de ballenas
Dentro del universo criptográfico, existe un reducido número de personas que aglutinan buena parte del volumen total de monedas digitales en circulación. Se les conoce con el nombre de ballenas, en una clara alusión al movimiento de estos mamíferos en el océano.
En teoría, las ballenas poseen suficiente volumen de criptomonedas como para manipular sus valoraciones si así lo quisieran. Y, en ocasiones, así lo hacen, vendiendo y comprando grandes cantidades que tienen un gran impacto en su cotización.
No exista una inversión sólida institucional
Uno de los principales problemas de las criptomonedas es el escaso apoyo institucional. Con la excepción de El Salvador, que ha sido el primer país en declarar el Bitcoin como moneda de uso legal (una apuesta arriesgada), ninguna otra nación del mundo ha fomentado su uso. Es más, la tendencia es más bien a poner palos sobre las ruedas de estos activos.
De hecho, hasta el día de hoy, los mercados no confían tanto en las criptomonedas como en las monedas fiduciarias, cuya oferta e inflación están controladas por los bancos centrales.
Muchos inversores sin conocimientos
Todo el mundo conoce casos de éxito de inversores con a priori escasos conocimientos que han ganado millones de euros en pocos días invirtiendo en criptomonedas. O, si no lo conoce, probablemente haya escuchado de ellos en prensa o anuncios en internet.
Esto ha llevado a muchos inversores sin conocimientos a invertir en criptomonedas, movidos por las emociones o por un sentimiento de FOMO (Fear of Missing Out o “miedo a quedarse fuera”). Así, compran y venden estos activos, aunque muchas veces de forma totalmente injustificada y un poco al azar.
La estabilización de las criptomonedas: ¿cuándo reducirán su volatilidad?
No es fácil predecir qué ocurrirá en un futuro con la volatilidad de las criptomonedas. Lógicamente, el protocolo se va perfeccionando a medida que van surgiendo nuevas monedas digitales, y las ya existentes cuentan con un volumen de negociación cada vez más grande que sirve para paliar, en cierto modo, estos vaivenes en los mercados.
Pero, además, han surgido otros activos más estables que buscan reducir esta volatilidad. Este es el caso de las ‘stablecoins’ (como el USD Coin), un tipo de moneda digital que pretende controlar su fluctuación mediante algoritmos o bien vinculándola a la de una moneda fiduciaria, activos materiales (oro, inmuebles) u otra criptomoneda, lo cual las hace menos volátiles.